Para conocer su origen es necesario remontarse a varios siglos atrás. Fue en el año 1517 cuando Carlos I fue nombrado rey de España, llevando a cabo una política que empezó a generar un malestar generalizado en Castilla. Este malestar popular culminaría con la sublevación de los comuneros castellanos en el año 1521, hecho que se recuerda el día en el cual se celebra la fiesta de Castilla y León.
El 23 de abril de aquel año el ejercito comunero fue vencido por las tropas imperiales y, al día siguiente, los cabecillas de la rebelión fueron decapitados en la plaza de Villalar. Hoy día existe en la Plaza Mayor de esta localidad un obelisco donde se halla la piedra en la que decapitaron a los comuneros.
A pesar de que el día importante en las celebraciones es el 23, los actos comienzan la noche anterior, con las actuaciones de diferentes grupos de música. Existe una zona de acampada libre para que, quien quiera, pueda pasar la noche.
El jueves 23 se celebran varias actividades, que empiezan por la
mañana con los actos políticos que tienen lugar junto al obelisco
erigido en homenaje a los comuneros. Aquí cada partido político
realizará una ofrenda floral y pronunciará un discurso para toda la
gente congregada en la Plaza Mayor. A lo largo del día la actividad
política continúa, pero alternada con música y bailes regionales,
deportes característicos de la comunidad, exposiciones y teatro de
calle, entre otras cosas. El ambiente que se genera este día no puede
ser mejor.
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