Fue hijo de Juan de Saravia, señor de Pica, y de María Mayor de Vera
Morales, estuvo destinado en las posesiones españolas en Italia.
Nombrado en 1547 oidor de la Audiencia del reino de Granada, recibiendo luego la orden de pasar al Perú, desempeñando los mismos trabajos en el la Real Audiencia que reinstaló en Lima De la Gasca en 1549. En este puesto le toco ocupar en dos ocasiones el gobierno interino del gobierno provisorio del virreinato.
En su primera gobierno interino en el Perú (julio de 1552 a julio de 1556), la Audiencia tuvo que combatir la tremenda rebelión de Francisco Hernández Jirón.
El doctor Bravo de Saravia había desplegado tanta actividad y decisión
durante la rebelión, que fue uno de los principales causantes de la
derrota y en el castigo de los rebeldes.
Gobernador de Chile
Llego a Chile después de terminado el gobierno de la Real Audiencia,
que había caído en completo descrédito. Se dirigió al sur para actuar
en la Guerra de Arauco, consiguiendo solo una nueva derrota en el asalto
al fuerte mapuche de Mareguano, por el que debieron ser evacuadas Arauco y Cañete. Agotado, delegó en el general Lorenzo Bernal del Mercado la contención de los mapuche, dedicándose a la administración civil.
Su labor administrativa se vio perjudicada por los gastos bélicos en el sur así como por el terremoto que asoló Concepción
en 1570, con la cual todas las casa de esa ciudad fueron destruidas,
aunque no hubo muertos, a pesar que después se produjo un ataque
indígena.
Al término de su mandato, en el que además iniciada la
construcción de la iglesia de San Francisco en Santiago y se creó el
obispado de Concepción, fue reemplazado por Rodrigo de Quiroga (1575).
Regresó a España,
y murió muy poco tiempo después en Soria, donde estaba establecida la
casa de sus mayores. Fue sepultado en el coro de la iglesia mayor de la
ciudad, donde tenía sepulcro propio.
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