Se
sabe que tras la muerte de Cristo, Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo,
continúa inicialmente su labor apostólica en Jerusalén.
Posteriormente,
pudo embarcar hasta alcanzar algún puerto de Andalucía
en cualquier carguero que comunicaba comercialmente Hispania (que
aportaba metales y otras materias primas) con Palestina (de la que
se recibían mármol, especias y objetos elaborados)
Su
misión evangelizadora comenzaría en el sur de Hispania
para posteriormente desplazarse al norte por tierras portuguesas
(Coimbra, Braga, etc.) llegando hasta Iria Flavia, ya en Galicia.
Posteriormente
se dirigiría hacia el este de la península (Lugo,
Astorga, Zaragoza y Valencia) para partir, de nuevo, hacia Palestina,
desde la costa mediterránea española.
A
su llegada a Palestina y tras incumplir la prohibición de
predicar el Cristianismo, fue decapitado en tiempos de Herodes Agripa.
Según la tradición, su cadáver fue robado por
los discípulos Atanasio y Teodoro y llevado en barco de nuevo
a tierras españolas, en concreto a Iria Flavia (cerca de
la actual Padrón).
La tradición prosigue con el azaroso viaje del cuerpo de Santiago, que es transportado en carro hasta el bosque de Libredón, lugar en que los bueyes se negaron a continuar. Este hecho debió ser tomado como una señal divina y fue elegido como lugar de enterramiento.
La tradición prosigue con el azaroso viaje del cuerpo de Santiago, que es transportado en carro hasta el bosque de Libredón, lugar en que los bueyes se negaron a continuar. Este hecho debió ser tomado como una señal divina y fue elegido como lugar de enterramiento.
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